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Como cada año, la Delegación de Pastoral Juvenil, en colaboración con el Cabildo de la S.I. Catedral de Sevilla, organiza una Vigilia Eucarística para la celebración de las Vísperas de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Este año tendrá lugar el día 7 de diciembre a las 19:30 h. Pta. de San Miguel, Palos y Príncipe (Abiertas desde las 18.30 h.)
La celebración estará presidida por Monseñor Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla. El lema de esta edición, “Vive”, atiende al llamamiento del Papa Francisco a la juventud a través de la Exhortación Apostólica Postsinodal Christus Vivit.
“Vive Cristo, esperanza nuestra, y Él es la más hermosa juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida. Entonces, las primeras palabras que quiero dirigir a cada uno de los jóvenes cristianos son: ¡Él vive y te quiere vivo! Él está en ti, Él está contigo y nunca se va. Por más que te alejes, allí está el Resucitado, llamándote y esperándote para volver a empezar” (CV 1-2)
Así, en la Vigilia contemplaremos:
- María, elegida y preservada por Dios para ser la primera en recibir a Cristo en la historia, a través del misterio de la Encarnación.
- María, elegida también por Dios para ser la primera en recibir y reconocer a Cristo resucitado.
- María nos lleva a la Eucaristía, donde nosotros nos encontramos de manera particular con el resucitado.
La imagen de la Pura y Limpia
La Imagen de la Pura y Limpia Concepción de la Santísima Virgen María presidirá un año más el altar durante la celebración.
Representa la iconografía de la Inmaculada Concepción, en su estética tradicional: la Virgen María, de pie sobre la luna, juntando sus manos sobre el pecho.
Es la imagen una atractiva talla barroca de solo 80 cm. de alto, con fuerte sentido pictórico que le presta apariencia flotante y voladora. Asienta sobre media luna, cuyos picos se dirigen hacia abajo como estimaban los antiguos tratadistas del escabel.
Su autor es anónimo, aunque puede datarse a mediados del s. XVIII, pues en 1753 se contrata con Juan José González maestro entallador, la hechura del retablo de la Capilla, y es de suponer, que el dicho retablo serviría para entronizar la pequeña imagen de la Pura y Limpia que vendría a sustituir a la primitiva pintura mariana en torno a la cual surgió la Hermandad que lleva su nombre.
Este dato nos afianza además en la creencia de que la imagen de la Pura y Limpia, que por su estilo tuvo que ser realizada sobre la misma fecha, pertenezca al imaginero Pedro Duque Cornejo, que en la segunda mitad del XVIII, alcanza el cenit de su producción artística, con las delicadas maneras y el movimiento contenido que la Virgen del Postigo emana en su composición.
Su pequeño tamaño, su mirada angelical, y la belleza de su aspecto volátil y etéreo han hecho que se trate de una imagen que cuenta con una grandísima devoción, no solo en el seno de la Hermandad o en su barrio del Arenal, sino en toda Sevilla y especialmente entre los jóvenes.
