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Los añadidos barrocos: El Sagrario

A principios del siglo XVII el antiguo Sagrario, ubicado entre la Puerta del Perdón y la conocida nave del lagarto, se estimó insuficiente para las necesidades litúrgicas y poro decoroso para reservar en él el Santísimo Sacramento.

Fue Mateo Vázquez de Leca, canónigo hispalense y arcediano de Carmona, quien defendió la iniciativa de construir un nuevo templo de mayor prestancia y dimensiones. Por acuerdo capitular, el obispo Pedro de Castro y Quiñones colocó la primera piedra de este templo dedicado a San Clemente.

Posee un interior de gran altura en el que tienen presencia los órdenes clásicos combinados con una exuberante ornamentación barroca. Presenta planta de cajón con una sección de contrafuertes interiores, entre los que se ubican las capillas que se abren a ambos lados.

En su fachada se abre la portada principal, adintelada y flanqueada por dobles columnas acanaladas de orden toscano sobre pedestales. Está rematada por un frontón triangular que contiene una cartela con el símbolo catedralicio y sobre él pueden contemplarse recostadas, dos figuras alegóricas. Este es el acceso principal que generalmente se utiliza, aunque esta iglesia tiene además otras dos puertas, una a los pies y otra que comunica con la puerta del Perdón, ambas trazadas por Pedro Sánchez Falconete.

En su interior, el templo custodia un verdadero tesoro patrimonial. Entre este tesoro podemos destacar al Niño Jesús tallado por Juan Martínez Montañés en 1606 y el Cristo de la Corona, nazareno del siglo XVI que procesiona días antes de la Semana Santa. Pero, hay una obra que sobresale y es el retablo mayor, procedente de la capilla de los Vizcaínos del desaparecido convento de San Francisco. Joya del arte sevillano de la segunda mitad del siglo XVII, su estructura arquitectónica es obra de Francisco Dionisio de Rivas, mientras que las esculturas y relieves se deben a Pedro Roldán y están, sin duda, entre lo mejor de su exquisita colección.

La escena central responde al pasaje evangélico del Descendimiento. Como remate, una escultura de San Clemente hecha por Duque Cornejo. En suma, la Iglesia del Sagrario tiene por sí misma valores suficientes para considerarla un conjunto monumental importante dentro de la enorme manzana llena de atractivos de la que forma parte.

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