Hoy, viernes 26 de julio, se celebra la festividad de San Joaquín y Santa Ana, padres de María y, por tanto, abuelos maternos de Jesús de Nazaret. Según la tradición, Ana nació en Belén, región de Judea, y se casó con Joaquín, que era de Nazaret, región de Galilea. Estos dos santos están considerados como los patronos de los abuelos, fueron personas de profunda fe y confianza en Dios, y los encargados de educar en el camino de la fe a su hija María, alimentando en ella el amor hacia el Creador y preparándola para su misión.
La escena de este vídeo se encuentra en el Altar Mayor de la Catedral. Representa el momento en el que San Joaquín y Santa Ana se abrazan ante la Puerta Dorada tras conocer la noticia del embarazo de ella. Al ser ancianos y considerados estériles, supuso una gran sorpresa que un ángel les diera tal noticia. Por ello, ella sale al encuentro de su marido que venía de pastorear:
Además de en el retablo mayor, la Catedral de Sevilla alberga más obras dedicadas a la madre de la Virgen. La más antigua representación de la Abuela del Señor que atesora la Catedral es la tabla que forma parte del Retablo de San Bartolomé, situado en la Capilla de Santa Ana o del Cristo de Maracaibo. Una obra anónima fechada en 1504, que representa la iconografía de la Santa Ana Triple, llamada así porque muestra a la Abuela sosteniendo a su Hija la Virgen, quien a su vez lleva en sus brazos al Niño.
Otra de las obras en las que podemos encontrar San Joaquín y Santa Ana es la Natividad de la Virgen de Alejo Fernández (1509 – 1512). La pintura se estructura en dos planos sucesivos en los que se sitúan los personajes que han asistido a Santa Ana en su parto. En el superior aparece en un ancho lecho con ampuloso dosel la madre de la Virgen recostada sobre varios almohadones. A su izquierda se acercan al borde de la cama dos doncellas de gráciles perfiles y vaporosas vestimentas que se agitan al precipitarse hacia el tálamo. En el otro grupo, en el plano inferior de la tabla, una doncella acaba de lavar y preparar a la Virgen, envolviendo en un lienzo a la recién nacida. San Joaquín observa sentado en un banco a su Hija a la derecha de la composición. Entre estos dos grupos se puede ver una hermosa alfombra de tipología oriental sobre la que aparece un cofre metálico y un cojín de similar tejido, que enlaza bellamente estas dos zonas.