La Solemnidad del Corpus Christi, instituida por Urbano IV en 1264, es una de las más importantes del calendario litúrgico y su procesión está documentada en Sevilla, al menos, desde 1363. La fiesta litúrgica continúa celebrándose en el almanaque local el jueves siguiente a la festividad de la Santísima Trinidad; sesenta días después de la Pascua de Resurrección. En las procesiones de los siglos XIV y XV el Santísimo Sacramento era trasladado en un arca de madera sobre unas andas con ángeles pintados, que conservó la catedral hasta 1506. Desde el siglo XV el Cabildo deseó mostrar y llevar la Hostia Santa durante la procesión en una custodia de plata que encargó el mayordomo Juan Martínez de Victoria y quedó inconclusa en 1433. A comienzos del siglo XVI el platero Nicolás Alemán inició otra terminada en 1528 que procesionó hasta la finalización de la actual, encargada a Juan de Arfe en 1580.
Juan de Arfe y Villafañe, 1580-1587. Reforma de Juan de Segura, 1667-1668. Plata torneada, fundida, cincelada y torneada. 3,9 metros.
La custodia procesional del Corpus Christi labrada por Juan de Arfe es una de las obras más importantes entre las de su género por su perfección arquitectónica, sus correctas proporciones y su extraordinaria iconografía que manifiesta en plata la exaltación de la Eucaristía. El canónigo Francisco Pacheco fue el autor del programa ideológico y doctrinal fundamentado en las directrices del Concilio de Trento, que promovió el conocimiento de las Sagradas Escrituras reforzando las relaciones entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, e incentivó el culto al Santísimo Sacramento.
Obra colosal terminada en 1587 que alcanza 3.90 metros de altura y pesa 475 kilogramos, presenta cinco cuerpos decrecientes de arquitectura renacentista y órdenes clásicos perfectamente estructurados. La reforma más importante se acometió en época barroca, cuando encargaron al platero Juan de Segura la peana actual rodeada por doce jarras, la escultura de la Inmaculada que sustituyó a la de la Fé en el interior de primer cuerpo, los ángeles que circundan la balaustrada de los cuerpos altos y renovaron el Orbe con la cruz del remate originario por figura actual de la Fe.
La custodia desarrolla iconográficamente en el primer cuerpo la representación de la Iglesia militante, situando en el interior las figuras de los apóstoles Pedro y Pablo, la Sabiduría y el Entendimiento rodeando actualmente a la Inmaculada. en la parte externa los seis doctores de la Iglesia apoyados sobre un basamento realzado con treinta y seis relieves del Antiguo y Nuevo Testamento, alternados y alusivos a la institución de la Eucaristía, y en el límite superior las esculturas de los Sacramentos.
En el segundo cuerpo el espacio reservado para el viril de la Eucaristía queda rodeado por los evangelistas y en la zona exterior doce santos patronos de la diócesis de Sevilla alaban al Santísimo Sacramento. La Iglesia triunfante del tercer cuerpo con el Cordero apocalíptico sobre el libro de los Siete Sellos, rodeado por los símbolos de los evangelistas, tiene en el basamento relieves vinculados al sacrificio del Cordero. La Trinidad en el cuarto cuerpo precede al quinto coronado por la Fe.
«…la cual (la Custodia) por ser la mayor y mejor pieza de plata que de este género se sabe, quise dar noticia a todos de su figura y traza, por describir el hermosísimo ornato que para ello por mandado de V.S. ordenó el licenciado Francisco Pacheco, el cual, para que fuere muy propio y decente y de magnífica significación, le acomodó a la traza de la Iglesia Católica repartiendo por todas sus partes historias, figuras y jeroglíficos que cuadran con este intento y principalmente en el misterio del Santísimo Sacramento»
Juan de Arfe y Villafañe.
Descripción de la traza y ornato de la Custodia de plata de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla