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LA VIRGEN DEL REPOSO REGRESA A SU EMPLAZAMIENTO HABITUAL PRESIDIENDO EL TRASALTAR MAYOR

Esta joya de la imaginería del siglo XVI realizada en barro cocido policromado ya se encuentra en su hornacina. La pieza se trasladó al Museo de Bellas Artes con motivo de la exposición «EL ARTE DEL RENACIMIENTO EN SEVILLA» celebrado del 1 de diciembre de 2022 al 12 de marzo de 2023.

Previo a la muestra, recibió un tratamiento conservativo por parte de los técnicos del Museo como contraprestación a la contribución para la exposición. Estas labores de limpieza y consolidación se llevaron a cabo durante un mes aproximadamente. Gracias a esta intervención, se mejoraron aspectos como la paralización de algunos daños que estaban bastante avanzados y se construyó un soporte reversible adaptado a las necesidades de la pieza en su sujeción.

Desde su llegada del Museo hace ocho meses hasta la víspera de ayer, esta bellísima «Madonna» con Niño se ha podido contemplar de cerca en la capilla de San Francisco de la Seo Hispalense, permaneciendo ésta abierta durante la visita cultural y permitiendo a fieles y visitantes admirar la extraordinaria dulzura que trasmite esta imagen tan venerada por los sevillanos.

OBRA

Dice de ella el Profesor Hernández Díaz: Esta interesantísima madonna (mide 153 cm.) se puede atribuir al francés Maestre Miguel Perrin, hacia 1540. Es de barro cocido, y su policromía, muy aparente, no es la original.

La dulzura del rostro de la Virgen, inclinada hacia el Niño, es de una gran ternura, que se completa con el Niño que se queda dormido sobre el hombro derecho de la Madre. Las manos de la Virgen sostienen al Niño, que duerme dulcemente sobre el pecho de la Virgen. Toda la imagen es de un atractivo singular, que representa el acogimiento maternal de María. 

Quizás el barro cocido, de que está hecha esta escultura, sea más asequible para expresar esta escena de ternura. En la Catedral hay otras figuras, realizadas de la misma materia, que también son un prodigio en la expresión de la misma ternura de Cristo y de la Virgen.

El hecho de que esta imagen de la Virgen sobresalga entre las imágenes que la rodean, puede deberse al atractivo que producía en las personas que la veneraban. La manifestación de la Virgen con el Niño en brazos es uno de los temas más frecuentes en la Escultura Sevillana del Siglo XVII.

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