Este año se cumplen 114 desde la coronación de la Virgen de los Reyes como patrona de Sevilla y su Archidiócesis. Coincidiendo con este aniversario, las Hermanas de la Cruz han vestido a la Virgen con el manto celeste bordado en plata, que le regaló el rey Carlos III en 1771 en agradecimiento por el nacimiento de su primer nieto. El rey creó la Orden de Carlos III ese mismo año, con la finalidad de premiar a sus súbditos y a la corona española. El manto, bordado en plata con campo de estrellas de seis puntas y orla con motivos del collar de la Orden y gran cruz, es una de las pocas piezas que aún se mantienen.
Su gran devoción a la Inmaculada queda presente en el color celeste del manto lo que muestra a la Virgen ataviada para el tiempo de Adviento y la Inmaculada.
La Virgen también lleva una saya blanca datada de principios del siglo XX, una toca de sobremanto de encajes de Bruselas, una mantilla de gran valor que por primera vez portó en el mes de agosto y el pecherín de las turquesas, elaborado a partir de broches de capas pluviales del siglo XVI.
Por otro lado, el Niño Jesús luce unas botas bordadas por la Reina Victoria Eugenia de Battemberg, esposa de Alfonso XIII; una pieza desconocida por mucho al llevar bastante tiempo sin lucirla.