La Catedral de Sevilla puede ser vista como «un bosque de piedra» debido a su impresionante arquitectura y la gran cantidad de elementos de piedra que la componen. Es un templo de gran magnitud construida principalmente con piedra caliza y sus múltiples columnas, arcos, arbotantes y esculturas crean una sensación de exuberancia y complejidad similar a la de un bosque.
La «magna hispalensis» es un excelente ejemplo de la importancia de la piedra en la arquitectura religiosa. La piedra caliza, con su tono claro y textura suave, es un material ideal para tallar diseños intrincados lo que se refleja en las numerosas esculturas y detalles que adornan la Catedral. Su imponente fachada y sus pulcros detalles, pueden ser vistos como un auténtico «bosque de piedra» debido a la gran cantidad de piedra utilizada en su construcción y la forma en que estos los elementos pétreos se entrelazan para crear una estructura majestuosa.
La Catedral de Sevilla es un testimonio de la habilidad de los artesanos y arquitectos de la época, quienes utilizaron la piedra para crear una obra maestra de la arquitectura religiosa potenciando la verticalidad que nos eleva a Dios.