Cada 13 de junio la Iglesia Católica celebra la fiesta de San Antonio de Padua, uno de los santos más queridos y venerados en el mundo. La devoción y el afecto de tantos a lo largo de los siglos lo han convertido, en «omnipresente», ya que su nombre suele aparecer allí donde hay una iglesia, una parroquia o una escuela.
En la Catedral, podemos encontrar esta imagen en un lateral de la Capilla Real enmarcado en el retablo barroco de Luis de Figueroa (1638)
«Tan pobre como es la mesa que carece de pan, así la vida más ejemplar resulta vacía si le falta amor»
San Antonio de Padua
San Antonio de Padua, también venerado como San Antonio de Lisboa, nació el 15 de agosto de 1195 en Lisboa y en el bautismo recibe el nombre de Fernando.
Hijo de Martim de Bulhões y Teresa Taveira. A los 15 años ingresó en la orden religiosa de San Agustín. En 1212 se trasladó al monasterio de Santa Cruz de Coimbra y con 25 ingresó en la orden franciscana, alcanzando el cargo de provincial en 1227.
De finales del otoño de 1220 a marzo de 1221 fue misionero en Marruecos.
Fue profesor de Teología en Italia y en diversas ciudades francesas, ejerciendo también labores apostólicas en las proximidades de Padua.
En el año 1230 renunció al cargo de provincial para dedicar más tiempo a la predicación.
San Antonio de Padua falleció en Padua, Italia, el 13 de junio de 1231 y un año después fue canonizado por el papa Gregorio IX.En 1946 fue nombrado santo patrón de Padua y Portugal, al que se invoca para encontrar objetos perdidos. Es patrón de los pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros. El 13 de junio se celebra el día de su fiesta.