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La Iglesia en Sevilla despidió el pasado 26 de enero en la Catedral a “un enamorado de la Virgen”. José Gutiérrez Mora (Bollullos de la Mitación, 1929 – Sevilla, 2018) falleció el día anterior en la Casa Sacerdotal Santa Clara, cerrando de esta forma una vida dedicada casi por entero a un ministerio sacerdotal que estrenó el 12 de junio de 1954, en la misma Catedral que ahora ha acogido su funeral.
Doctor en Teología Dogmática, se caracterizó siempre como un cura cercano, cariñoso con todos y devoto de muchas advocaciones marianas, aunque el Rocío ocupó un lugar íntimo y destacado en el corazón de este sacerdote al que el papa Juan Pablo II concedió el título de prelado de honor de Su Santidad. Quienes más le trataron dan fe de su devoción a la Eucaristía, algo que se tradujo en misas muy cuidadas y el impulso que dio a la Adoración Eucarística en la Capilla de San Onofre.
Como se ha destacado en algunos obituarios publicados estos días, Gutiérrez Mora fue “casi todo en la Archidiócesis”. En su trayectoria de servicio a la Iglesia destaca el paso por el Seminario, como director espiritual, así como la Iglesia Colegial del Divino Salvador, el Sagrario de la Catedral o la Parroquia de Ntra. Sra. de la Victoria, en Osuna (su primer destino). Fue también arcipreste de la Catedral, vicario episcopal de Laicos y para el Clero, además de director diocesano del Apostolado de la Oración. En 2006 fue nombrado canónigo emérito, poco después de terminar su labor como provicario general, responsabilidad que desempeñó de forma admirable durante 21 años.
El Cabildo de la Catedral le rinde memoria. D.E.P.
