La Catedral de Sevilla es la casa de Dios y la madre de todas las iglesias y por ello, cuando una hermandad se ve sorprendida por la lluvia, el templo cede su techo sin ningún tipo de contraprestación económica o similar.
La Catedral entiende su esencia de Iglesia metropolitana y como tal acoge a las hermandades que requieren resguardo de sus pasos y hermanos en un acto fraternal de amor y amparo.
Es responsabilidad de todos erradicar el rumor infundado de que las hermandades han de abonar una cuantía económica por su estancia en la Catedral.
El Cabildo metropolitano aprovecha la ocasión para agradecer profundamente al Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla y a la Hermandad de la Paz, la Hermandad de Jesús Despojado y a la Hermandad de la Santa Cena su colaboración inestimable en la organización durante su estancia en la Catedral, así como por el comportamiento ejemplar de sus hermanos durante su acogida en la SEO Hispalense.