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El objetivo principal de la Intervención de Conservación y Restauración será devolver a esta Capilla, y a las obras que contiene, la integridad física y estética perdida por la desigualdad de las superficies degradadas por el paso del tiempo, y por el carácter parcial de las intervenciones de reparación y adecuación realizadas hasta la fecha.
Además de fotografiar y documentar todo el proceso de intervención, se considera necesario en primer lugar inspeccionar, diagnosticar y solucionar la presencia de humedad que afectan no solo a los paramentos, sino también a los bancos de ambos Retablos. Durante cuatro meses, la empresa ARTYCO S.L., llevará a cabo entre otros trabajos:
- Desmontaje de los frontales para subsanar y sustituir anclajes y elementos metálicos obsoletos
- Tareas de Fijación
- Desinsección y protección de la madera de carácter curativo y preventivo, además de la toma de micromuestras de policromía para establecer protocolo de actuación en el tratamiento de limpieza de la policromía.
Cercana al Patio de los Naranjos de la Catedral de Sevilla, anexa a la Puerta del Lagarto, se encuentra una bellísima imagen de la Virgen del Pilar. Es una obra totalmente original en la iconografía de esta advocación de la Virgen y, por su situación, puede pasar inadvertida. Si accedemos al templo por la Puerta de Palos, la encontraremos a nuestra diestra.
La imagen representa la advocación que posee la Virgen del Pilar en Zaragoza, por ello aparece del mismo modo, dispuesta sobre un pilar. Está realizada en barro cocido y policromado, y está firmada por el artista Pedro Millán (activo entre 1487-1507). Fue un escultor gótico, que realizó su actividad en Sevilla, discípulo y continuador de la obra de Lorenzo Mercadante. Es junto con su maestro uno de los introductores de la técnica del barro cocido en la escuela sevillana.
El profesor Hernández Díaz hace una descripción muy exacta de esta imagen: La Señora está representada en figura de gran hermosura y empaque señorial, con dejo de tristeza en su rostro, correspondiente sin duda a la llamada “Melancolía de la Pasión”. El Niño sostiene la esfera terráquea y bendice con la diestra, con carácter deifico, compartible con la gracia y donosura de su atractivo realismo confirmado en el gesto de ternura por el que la Madre sostiene el pie de Jesús. Se puede fechar hacia 1500, como una de las últimas manifestaciones del gótico en la escultura sevillana. El Retablo también alberga las imágenes de los Santos Pedro y Pablo, realizadas a tamaño natural, elaboradas en el siglo XVII al igual que la peana de la Virgen y los ángeles.
A partir del siglo XVI, esta capilla perteneció al linaje de los Pinelo, pero antes fue propiedad de los aragoneses que acompañaron a San Fernando en la reconquista de la ciudad, de donde vendrá esta advocación de la Virgen a la Catedral de Sevilla.
La capilla alberga un segundo retablo, realizado en el siglo XVII y dedicado originariamente a San Judas Tadeo, contiene actualmente una imagen escultórica de San Sebastián. Está flanqueada a su vez por representaciones de Santa Inés y San Antonio de Padua.
