Dentro de la continua labor de conservación llevada a cabo por el Cabildo de la Catedral de Sevilla sobre el conjunto de sus bienes muebles, se proyecta acometer la restauración de los dos retablos que flanquean la Puerta de la Concepción anexa al Patio de los Naranjos, en el crucero del templo: la Capilla de la Virgen de Belén y el Altar de la Asunción de Durango.
En el proyecto aprobado por la Comisión de Patrimonio se proponen los criterios, tratamientos e intervenciones generales y específicas que requiere la obra en función de las alteraciones encontradas. Los resultados obtenidos son una aproximación a los datos técnicos de la obra y su estado de conservación.
Se estructura en tres bloques fundamentales: la identificación del bien, estudio técnico-material y diagnóstico del estado de conservación y, por último, la propuesta de intervención, fundamentada en los resultados obtenidos en la fase de estudio, siguiendo una metodología de trabajo basada en criterios científicos.
Los especialistas Almudena Fernández y José Joaquín Fijo intervendrán en la capilla de la Virgen de Belén y los restauradores Manuel Pedro Franco y Patricia Iglesias serán los encargados de los trabajos en la capilla y retablo de la Asunción.
La especialista Ana Marín López será la encargada de intervenir las rejas que cierran sendas capillas trabajando en la fijación y asentado de la policromía, la limpieza, eliminación de óxidos, la reintegración volumétrica o el cerramiento de los frisos, entre otros.
Asimismo, la empresa Ártyco realizará el mantenimiento de la reja de la Capilla de las Doncellas, restaurada íntegramente en 2013.





CAPILLA DE LA VIRGEN DE BELÉN
Esta capilla se sitúa en el brazo norte del crucero, junto a la Puerta de la Concepción, está dedicada a la veneración de la Virgen de Belén, ubicada dentro de un arcosolio gótico, realizado por Juan de Hoces entre 1488-1496.
La misma se resuelve con un Retablo pictórico muy sencillo, manipulado en 1692, por Jerónimo Franco, peón que fue de la catedral, para la pintura de Alonso Cano (José Hernández Díaz, Retablos y esculturas, en La Catedral de Sevilla. Ediciones Guadalquivir, Sevilla, 1991). Sobre el banco se encuentran las imágenes de San Joaquín y Santa Ana, los padres de la Virgen.
La pintura de Alonso Cano fue realizada por el artista durante su período de actividad sevillano pudiéndose fechar hacia 1635 – 1638 coincidiendo con los últimos años de su estancia en esta ciudad. Cano realizó esta composición para Don Andrés Cascante, racionero músico de la Catedral sevillana quien a su muerte la donó a la misma. Por otra parte, sus herederos, siguiendo su voluntad testamentaria, costearon el retablo donde se alberga la pintura, que se inauguró el 8 de diciembre de 1691.
La Santísima Trinidad, firmada en 1901, que corona el retablo de la capilla de la Virgen de Belén, fue realizada por la mano del sevillano Virgilio Mattoni, nacido en 1847 y muerto en 1923 (Enrique Valdivieso, La Pintura en la Catedral de Sevilla, siglos XVII al XX, en La Catedral de Sevilla. Ediciones Guadalquivir. Sevilla, 1991).
ALTAR DE LA ASUNCIÓN DE DURANGO
Esta capilla se sitúa a la derecha de la puerta de la Concepción, y la mesa de altar del retablo daba uso a la celebración de la Eucaristía.
Recibe su nombre por su promotor, el Jurado Nicolás Martínez Durango, fallecido en 1516, y enterrado en ella junto a su mujer Inés Díaz de Sotomayor y sus herederos.
Alberga un retablo de cascarón, encajado en el muro, de estilo barroco y con decoración de escenas talladas en bajo relieve, que representan episodios de la vida de la Virgen. Enmarcan el conjunto esculturas de querubines y ángeles lampadarios.
El motivo central es un lienzo fechado en torno a 1700 obra de Gregorio Ferrari de grandes dimensiones, que representa la Asunción de la Virgen. Se trata de un pintor genovés a caballo entre los siglos XVII y XVIII, discípulo de Fiasella y socio de su suegro Doménico Piola, que realizó el grueso de su labor pictórica en su Génova natal.
Flanqueando esta pintura, en dos pedestales, dos tallas de madera policromada de bulto redondo. Representan a San Felipe Neri a la derecha y a otro santo, posiblemente S. Carlos Borromeo, a la izquierda.
