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Cada 24 de junio, la Iglesia Católica celebra la Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista, uno de los Santos más venerados del mundo. Fue un predicador judío nacido en siglo I d.C., considerado por la tradición cristiana como el precursor y anunciador de Jesús como Mesías. En uno de sus famosos sermones, San Agustín de Hipona (354-430) se refería a esta celebración: “La Iglesia celebra el nacimiento de Juan como algo sagrado y él es el único de los santos cuyo nacimiento se festeja”
En la Catedral de Sevilla, se encuentra una famosa pintura de San Juan Bautista realizada por Francisco de Zurbarán, fechada hacia 1640. Esta obra destaca por la representación del Santo en primer plano, con un gesto de señalar al Cordero de Dios, y por estar ambientada en un paisaje lejano. La pintura fue donada a la Catedral por Pedro Curiel en el siglo XVIII.
Zurbarán, uno de los máximos exponentes del barroco español, realizó esta pintura para la devoción privada, y posteriormente fue donada al Cabildo de la catedral.
La pintura muestra a San Juan Bautista con una concha (venera) en la mano izquierda y con la mano derecha señalando al cordero, que representa a Cristo. Vemos en la obra un paisaje al fondo, apareciendo en primer plano el Santo. Lleva la túnica de piel de camello que deja al descubierto un hombro, los brazos y las piernas. Porta también un manto rojo, color que alude a su futuro martirio y sostiene una pequeña cruz.
