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Cada 31 de julio la Iglesia Católica conmemora la festividad de San Ignacio de Loyola, uno de los santos de la reforma católica del siglo XVI.
Fundador de la Compañía de Jesús, cuyos miembros son conocidos como jesuitas, San Ignacio dejó un legado que mantiene su vigencia en la labor de servicio a la Iglesia, especialmente en los ámbitos de la educación y la cultura.
Este Santo es reconocido como protector de los ejercicios espirituales, retiros y jornadas dedicadas a la meditación y la conversión, y se le vincula como patrono de quienes forman parte del ejército o las Fuerzas Armadas.
Impulsado por su profundo deseo de seguir a Cristo, desarrolló una espiritualidad única que ha servido como inspiración para el desarrollo y consolidación de diversas comunidades espirituales dentro de la Iglesia.
En la Sacristía Mayor de la Catedral se conserva esta obra denominada «Visión de San Ignacio de Loyola», atribuida al pintor Alonso Vázquez, que data aproximadamente del año 1600.
La pintura representa una visión mística que tuvo San Ignacio, donde se le apareció Dios Padre con Jesucristo.
