Cada 22 de julio la Iglesia Católica celebra la fiesta de Santa María Magdalena, discípula cercana del Señor. Fue originaria de Magdala, una población situada en la orilla occidental del lago de Genesaret (mar de Galilea), razón por la que recibió el apelativo de «Magdalena».
María Magdalena acompañó a Jesús en todas las etapas importantes: antes, durante y después de la Crucifixión. Fue, además, la primera en recibir el privilegio de ver al Señor resucitado y la encargada de anunciar la buena nueva al resto de los apóstoles.
En la Catedral de Sevilla se encuentra esta pintura, atribuida a la pintora italiana Artemisia Gentileschi (1593 – 1653). Una majestuosa obra que la representa recostada en un sillón con gran delicadeza y elegancia, vestida al estilo del siglo XVII. Su figura ocupa casi toda la composición, mientras que, sobre una mesa cercana, resalta iluminado el frasco de perfumes con el que ungió el cuerpo de Jesús.


