El portapaz es el utensilio con el que en las iglesias se daba la paz a los fieles. En la antigüedad y la Edad Media, este objeto litúrgico católico se usaba para el «beso de la paz», transmitiendo la fraternidad entre los fieles sin contacto directo; el diácono portaba el objeto, y los fieles lo besaban en lugar de besarse o abrazarse entre sí.
Solían estar hechos de metales preciosos como plata y oro, marfil, esmalte, cristal u otros materiales decorativos y tenían una tabla o placa decorada con relieves o imágenes religiosas, como escenas de la vida de Cristo o de la Virgen, o representaciones de santos. Contaban con un asa o mango en la parte posterior para facilitar su sujeción.
A partir del siglo XIII se popularizó en la liturgia católica y en ocasiones, se usaban dos portapaces para dar la paz por separado a hombres y mujeres. Tras el Concilio Vaticano II, el uso del portapaz se volvió obsoleto con la reintroducción del saludo de la paz para todos los fieles.
En la Catedral de Sevilla se custodian distintos ejemplares que dan buena muestra del uso de estas piezas. Nos detenemos en el Portapaz de la Ascensión del Señor. Fue encargado en 1556 junto a otro con el que hace pareja dedicado a la Asunción de la Virgen. De estilo renacentista de escuela sevillana, en plata cincelada y dorada, con unas medidas de 29 x 17 x 8 cms. y realizados en su totalidad por el Maestro Platero de la Catedral sevillana Hernando de Ballesteros el Viejo, quien el 7 de agosto de este año cobraba 30 ducados por el oro invertido en el dorado de ambas piezas y el 31 de agosto, coincidiendo con su tasación, recibía el finiquito de la hechura.

Presenta forma de retablo de tres calles, banco, primer cuerpo, cornisa y ático. El programa iconográfico recoge en el banco un pequeño relieve de la Piedad.

La escena central representa la Ascensión del Señor, mientras que en las calles laterales se han representado los cuatro evangelistas en pequeñas hornacinas. En el ático se ha colocado el Padre Eterno con la Paloma del Espíritu Santo. El conjunto se remata con el Pelícano Eucarístico que cuida a sus crías en una cesta. En el ático del reverso se ha representado la Anunciación, mientras que en la zona del banco se han colocado diferentes escenas bíblicas como el sacrificio de Isaac y la fábula del Unicornio.

