El Cabildo Catedral de Sevilla ha adquirido recientemente una destacada pintura procedente de la galería Magalhaes & Santos, atribuida a Ludovico Gimignani (Roma, 1643 – 1697). Se trata del lienzo San Fernando guiado por el Ángel durante el asedio de Sevilla, una obra de gran formato (241 x 201 cm) que enriquece de manera significativa el patrimonio artístico de la Catedral.
La adquisición de esta pintura reviste especial relevancia para la Catedral de Sevilla, no solo por la calidad artística del lienzo, sino también por el profundo vínculo histórico y devocional que la figura de San Fernando mantiene con la ciudad y su templo mayor. La obra se integra así en el conjunto patrimonial de la Catedral, contribuyendo a difundir la memoria del rey santo y su papel decisivo en la historia de Sevilla y de la cristiandad peninsular.
SOBRE LA OBRA
La composición representa al monarca castellano, posteriormente canonizado como San Fernando, en un momento clave de la Reconquista. El rey aparece acompañado por la figura de un ángel que lo guía subrayando la dimensión providencial y sagrada de su empresa militar y política. El dramatismo de la escena, la fuerza expresiva de las figuras y la delicadeza en el tratamiento de las luces y los colores responden plenamente al lenguaje del barroco romano en el que Gimignani se formó y desarrolló su carrera.
Las representaciones del rey Fernando fueron escasas hasta finales del siglo XVII pero se hicieron cada vez más populares a partir de 1671. En efecto, su canonización ese mismo año por el Papa Clemente X condujo lógicamente al desarrollo de una iconografía hagiográfica que, si bien no tuvo gran difusión fuera de España, gozó de gran éxito y fervor popular particularmente en Sevilla y el resto de Andalucía.
Tras la canonización y las numerosas fiestas celebradas en Sevilla, el cabildo catedralicio de la ciudad elaboró un programa iconográfico relativamente preciso (sesión del 4 de abril de 1671), en el que se estipulaba que el santo debía ser representado con su espada, conocida como la «Lobera», en una mano y el globo terráqueo en la otra; llevaría la corona imperial, así como armadura y manto real.
La procedencia original de este cuadro puede explicar las diferencias iconográficas. El santo lleva armadura, capa y barba, pero carece del globo terráqueo, la espada y la corona imperial. Según la tradición, el cuadro fue encargado y ejecutado en Italia para celebrar la canonización del rey Fernando III y luego enviado a España para la ocasión. Es evidente que desde Roma donde pintó la obra, Gimignani sólo conocía parcialmente las recomendaciones de las autoridades eclesiásticas sevillanas y las convenciones iconográficas en torno a la representación del rey.
Por otra parte, la silueta de La Giralda que domina majestuosamente la ciudad, se reconoce fácilmente pero un examen más detenido muestra que el pintor no tenía un conocimiento preciso de la arquitectura almohade de la torre, que sin embargo representa coronada por su estatua de la Fe.