Tras la designación del nuevo Papa, como señal de gozo, todas las iglesias repican sus campanas con toques extraordinarios. Así, la Giralda de Sevilla, campanario de la Catedral metropolitana honra al sumo Pontífice tocando uno de sus toques extraordinarios, denominado Pino de Primera Clase.
Este toque especial se reserva para grandes acontecimientos como fiestas mayores (Corpus, Inmaculada y Navidad), en el momento del Gloria de la misa de Resurrección y también con ocasión de visitas reales, entre otras.
Con una duración de cinco minutos, se trata de un repique y volteo de todas las campanas. Se inicia con un golpe de la campana mayor e inmediatamente las seis campanas tocan a la máxima velocidad que permite su badajo, y comienzan a voltear las ocho esquilas pequeñas que son: Santa Lucía, San José, Santa Inés, Santa Bárbara, Santa Cecilia, Santa Florentina, Santa Justa y Santa Rufina.
A continuación, y sin dejar de tocar las grandes y las esquilas pequeñas, inician el volteo las diez esquilas mayores: San Juan Bautista, San Laureano, San Pedro, San Juan Evangelista, San Isidro, San Pablo, San Sebastián, San Cristóbal, San Fernando y San Hermenegildo.
