Con la llegada del mes de mayo ponemos de manifiesto la condición de la Catedral de Sevilla, consagrada a Santa María de la Sede, como un bello santuario mariano. Al tiempo, recordamos la gran actividad pastoral que el Cabildo metropolitano dedica a la Virgen María como mediadora y modelo de la Iglesia desde la consagración de la Catedral al culto cristiano en 1251.
La rica historia de la Catedral invita a reflexionar sobre su importante papel como centro neurálgico de actividad sacramental, pastoral y catequética, así como lugar de peregrinación donde los fieles buscan la intercesión de la Virgen. Esta relevancia se refleja en las veintiuna capillas y altares dedicadas a María que podemos encontrar en la Catedral y en las magníficas y numerosas piezas patrimoniales que atesora la Seo Hispalense entorno a la imagen de la Madre de Jesús.
En este mes de María recordamos cómo la Piedad y devoción Sevillana nació en gran medida con la Virgen de los Reyes patrona de la Archidiócesis y que se muestra a los fieles en la capilla Real. La advocación mariana de la Virgen de la Antigua, también traspasó continentes y tiene una fuerte presencia en la historia de España y América. Es conocida por su fama milagrosa y devoción, especialmente en Panamá, donde es la patrona de la primera diócesis de toda América.
Entre otras imágenes destacadas se encuentran pinturas y esculturas dedicadas a la Inmaculada Concepción de María y a otras Vírgenes tan entrañables como la Virgen del Refugio, Virgen del Madroño, Virgen del Pozo Santo, Virgen de la Cinta, Virgen de la Estrella, Virgen de Belén y otras que le invitamos a descubrir cuando venga a la Catedral de Sevilla.







