El Coro de Canto Gregoriano de la Catedral de Sevilla, dirigido por Alfonso Peña, ha abierto el plazo de admisión de nuevas voces. Podrán presentarse todas las personas que lo deseen, y se valorarán los conocimientos de canto gregoriano, voz suficiente y adecuada, oído, memoria musical, constancia y experiencia en otros coros. Los ensayos se celebran en jueves cada quince días, en la Catedral.
A lo largo de los años son innumerables los fieles de la Archidiócesis que han puesto a disposición de la Iglesia su carisma musical para dignificar los cultos con un profundo sentido de servicialidad y altruismo.
Todas aquellas personas que se sientan llamadas a responder a esta convocatoria pueden comunicarse a través del correo: actividadespastorales@catedraldesevilla.es
CANTO GREGORIANO
El canto gregoriano o canto-llano tiene en nuestra Catedral la importancia que le da el ser el canto ordinario para el oficio coral, el normalmente usado en las Horas y partes cantadas de las Misas de cada día.
El origen de estas melodías fluye de sinagogas judías, que el pueblo cristiano copia para expresar sus propios sentimientos religiosos, creando poco a poco giros melódicos nuevos, llamados cantos idióticos, nacidos todos ellos de la inspiración privada. Son una especie de himnos o salmos, muchos de los cuales duran hasta hoy, como por ejemplo el Gloria in excelsis Deo.
Aparecen también otras letras, que no son tomadas de la Sagrada Escritura, en las que a veces se deslizan errores doctrinales, generando con ello gran preocupación en los Obispos. Santos como Hilario, Ambrosio, Gregorio Magno, (organizador y compilador del canto que por eso lleva su nombre) defienden la legitimidad de esas letras, una vez eliminados los errores que contienen. San. Isidoro de Sevilla nos dirá categóricamente: “Si solo hubiera de admitirse en el culto los textos de los libros inspirados, holgarían y estarían también proscritas casi todas las piezas de los libros litúrgicos, como son las oraciones”. Ya se está dando cabida a la música con sabor a sinagoga, que hoy podemos apreciar en la liturgia visigótica usada en nuestra Catedral en la Misa de San Isidoro, el 26 de Mayo.
El canto gregoriano es de una gran sencillez pero rico en piedad. En él se incluye el uso litúrgico bilingüe, como aún hoy lo realizamos en el Kyrie, o en el trisagio Aguios O Theos. Poco a poco, como toda evolución artística, la música gregoriana va adaptándose a las diferentes épocas y estilos.
En la Catedral de Sevilla, desde los tiempos de Alfonso el Sabio, como nos dice Morgado, “la música puede competir con la mejor de toda la cristiandad”, y pronto aparece la figura del Sochantre, ayudante del Chantre, especialmente dedicado a la enseñanza y responsabilidad del canto-llano. Se le exige en diferentes Estatutos: “instrucción en canto-llano y figurado, voz clara, sonora y de buen cuerpo.”