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Cada 17 de enero se celebra la fiesta de San Antonio Abad, ilustre padre de los monjes cristianos.
Conocido popularmente como San Antón, fue un monje cristiano nacido en el siglo III que fundó el movimiento eremítico.
Siendo muy joven, participando de la Eucaristía, escuchó que se estaba leyendo el Evangelio de San Mateo y quedó prendado de las palabras de Jesús: “Si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres” (Mt 19, 21).
Su pasión por la naturaleza le llevó a renunciar a todos sus bienes para dedicarse al retiro en soledad, durmiendo en cuevas y atendiendo a varias comunidades en Egipto. Su modelo de vida, en el que busca la perfección espiritual del alma, tenía tres pilares: la oración, el silencio y el ayuno.
Este Santo, es también el patrón de los animales. Durante sus retiros estudió la naturaleza de los mismos y su sabiduría natural. Muchas localidades celebran esta festividad bendiciendo a sus animales y mascotas.
En la Capilla de San Leandro de la Catedral, situada a la derecha de la Puerta de la Asunción, se encuentra presidiendo un retablo ejecutado por Manuel de Escobar en 1730.
En esta representación, entre 1733 y 1734, Pedro Duque Cornejo talla la escultura del santo titular, San Leandro, acompañado, a ambos lados, por su hermano San Fulgencio a su derecha y San Antonio Abad a su izquierda.
