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El pasado 27 de febrero falleció en Sevilla el sacerdote Camilo Olivares. Nacido en Madrid el 5 de diciembre de 1926, fue ordenado sacerdote en la catedral hispalense a los 35 años, siendo su primer destino pastoral la Parroquia de Santa Cruz, en Écija. A esta responsabilidad pastoral le siguieron las de las parroquias de Ntra. Sra. de la Oliva, en Salteras, y Ntra. Sra. de la Estrella, en Valencina de la Concepción, así como la capellanía de la barriada Monumento en San Juan de Aznalfarache, entre otras.
En marzo de 1985 entró a formar parte del Cabildo Catedral de Sevilla, donde destaca su cometido como capellán real. En marzo de 2004 recibió el título de prelado de honor de Su Santidad y durante 27 años fue director espiritual de la Hermandad del Gran Poder.
Sacerdote muy querido en la ciudad, ha sido reconocido como un magnífico orador y fue autor del libro ‘Al borde de los sesenta’, un repaso a su trayectoria sacerdotal, en la que se destaca su vertiente mariana a través de la devoción a la Virgen del Rocío por medio de la Hermandad de Triana. En su vinculación con el ámbito de las hermandades destacan los diez años como delegado episcopal del Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla.
Su funeral, presidido por el Arzobispo de Sevilla, se celebró al día siguiente de su fallecimiento en la Iglesia del Señor San Jorge, de la Hermandad de la Santa Caridad, de la que era hermano.
El Cabildo de la Catedral dedica esta nota en su recuerdo. D.E.P.
